El viento de terral alcanzó fuertes rachas, lo que complicó la tarea de extinción de las llamas y favoreció su rápida propagación
El sistema de geolocalización instalado en los coches del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB) fue ayer clave para evitar una catástrofe aún mayor. Una de los 11 dotaciones que se trasladaron hasta el término municipal de Cómpeta fue rodeada de forma repentina por las llamas, por lo que los bomberos pudieron enviar su localización exacta a los demás miembros del Consorcio y la sala del 085 que se gestiona desde la capital. Las coordenadas fueron trasmitidas de forma inmediata al Infoca y de este modo uno de los medios aéreos que se dirigía a un punto cercano varió levemente su rumbo, descargando el agua sobre el vehículo de los bomberos, lo que apagó las llamas en la zona y los ayudó a salir del lugar. El gerente del CPB, Manuel Marmolejo, relató ayer la peripecia aliviado tras los momentos de tensión que se vivieron y satisfecho por el buen funcionamiento de los sistemas de geolocalización para los se ha utilizado una cartografía de la provincia realizada por la Diputación que permite un mejor acceso a zonas complicadas.
Fueron precisamente las adversas condiciones meteorológicas que hubo ayer las que facilitaron que las llamas se propagaran con virulencia y que un momento dado acabaran acorralando al vehículo de bomberos. Unas altas temperaturas fueron acompañadas por el viento de terral que alcanzó fuertes rachas, lo que según los efectivos desplazados hasta la zona complicó la tarea de extinción de las llamas y favoreció su rápida propagación hacia el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, frontera natural de Málaga con la provincia de Granada. La previsión meteorológica inicial de una variación del tiempo hacia levante finalmente quedó sólo en eso y el terral continuó por la noche, con la previsión de un nuevo cambio ya para la madrugada.
Afortunadamente, la humedad en la zona del incendio, comentó el director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos, José Espinosa, fue superior al 30%, por lo que no se cumplió la llamada regla de los tres 30, que habría complicado aún más las labores de los operarios. Los tres 30 es una situación en la que se dan las condiciones óptimas para un incendio perfecto: más de 30 grados de temperatura, más de 30 kilómetros por hora de viento y menos del 30% de humedad relativa, lo que genera un contexto muy desfavorable en caso de producirse un foco. De hecho, ante previsiones meteorológicas con tres estos indicativos, las posibilidades de incendio rozan el 100% y la alerta de los dispositivos contra incendios máxima.
La hora a la se produjo el incendio también jugó a favor de los efectivos desplazados a la zona, pues la posibilidad de utilizar medios aéreos desde la primera hora del incendio y durante todo el día facilitó el control de las llamas antes de que anocheciera, momento a partir del cual se deja de contar con el apoyo aéreo. «Si llega a producirse por la tarde como el de Barranco Blanco de 2012, hubiera sido imposible de controlar», explicó el gerente del CPB.
Fuente: malagahoy.es